
Límites
¿ Como hacemos para que nos hagan caso? I
Para LA NACION (10-11-12)
La gran pregunta es ¿cómo hacemos para que nuestros chicos hagan lo que les pedimos?, ¿para que nos hagan caso?
¿Cómo hacemos para que nos hagan caso? II
Para LA NACION
Vimos en mi columna anterior que para una adecuada puesta de límites a los más chiquitos, la mayoría de las veces hay dos pasos: primero, damos la orden, el aviso, expresamos lo que queremos, y luego, nos ocupamos de que eso ocurra, sin repetir las indicaciones. Así los padres logramos ser eficaces en la puesta de límites sin tantos enojos, y ellos se acostumbran a obedecer "por las buenas" (aunque, y es inevitable, ellos sí se enojan con nosotros).
Cómo hacemos para que nos hagan caso III
Para LA NACION
Los adultos nos movemos ateniéndonos permanentemente a las consecuencias de nuestros actos: si no entrego un presupuesto a tiempo, puedo perder la licitación; si me despierto tarde, los chicos no llegan a tiempo al colegio; si no pago la cuenta del teléfono, lo cortan. Muchas consecuencias son positivas: si me organizo con tiempo, consigo muy buenas entradas para el recital de mi cantante favorito; si hago bien completa la lista del supermercado, no necesito volver hasta la semana próxima; si dejo las llaves siempre en el mismo lugar, no pierdo tiempo buscándolas, etcétera.